Introducción a la Protección de la Tecnología y Patentes.

La idea de «patentar» una invención surge, como siempre, para establecer un monopolio de explotación de dicha invención, protegiendo tanto el talento de haberla inventado como la inversión de esfuerzo y dinero que supone.

En realidad, el registro de una patente tiene una parte jurídica muy importante pero una vertiente técnica o científica que, si cabe, lo es aún más.

La protección de la tecnología se podría reducir, a grandes rasgos, en:

– Patentes.

– Modelos de utilidad

– Secreto industrial (métodos y procesos de ejecución, know how)

– Diseño industrial (el aspecto ornamental)

Los tres pilares del sistema de patentes español, casi igual en todo el mundo, son los siguientes:

1.- La legislación.

2.- La Oficina de Patentes y marcas

3.- La Administración de Justicia.

Los dos primeros históricamente han funcionado bien, siendo el tercer pilar un lastre que a día de hoy se mantiene.

La protección alternativa o complementaria

Generalmente se tiende a proteger tanto las marcas como las patentes de una forma excesiva sin un criterio lógico o una buena estrategia.

Sin embargo, hemos de ser conscientes que a veces determinados procesos o técnicas no conviene sacarlas a la luz ni patentarlos si podemos llevarlos a cabo en secreto, ya que así no damos pistas a nuestro competidor. Otras veces, es mejor explotar una idea lo más rápido posible sin esperar a patentarla y obtener prestigio en el mercado por ser el pionero. Algo así como «take the money and run».

También es importante tener en cuenta que una patente debe contener la información suficiente para que se entienda, pero se ha desechar toda información secundaria que no es necesaria desvelar, y que es útil para nuestra invención.

Es decir, yo puedo decir qué es y como funciona mi invención, pero no tengo por qué explicar su ensamblaje y mis conocimientos sobre cómo lo hago. Se suele tender a dar todo tipo de información cuando sencillamente no es necesario.

Además, cuanto más corto sea el texto de una patente, mucho mejor a la hora de traducirlo (costes).

A veces, el secreto industrial o know how es el verdadero valor, y no la patente en sí.

Por tanto, si la tecnología puede explotarse en secreto, conviene NO patentarla y sí cuidar su confidencialidad. Sí es muy recomedable crear una prueba de explotación medinte un acta notarial, por ejemplo. Así podremos justificar, si llega el caso, su uso previo.

 

Gracias por tu comentario!

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s